El origen del “Hecho en” o como China se fortalece
¿Conoces el origen de la etiqueta de “made in” (hecho en) que aparece en muchos productos? Yo te lo voy a explicar, porque es una historia muy interesante que tiene que ver con la rivalidad industrial entre Inglaterra y Alemania en el siglo XIX.
Los alemanes tenían una estrategia muy sencilla: imitar lo que hacían los ingleses y venderlo más económico, aunque fuera de menor calidad. Así pensaban ganarles el mercado. Pero los ingleses no se quedaron quietos y decidieron exigir que todos los productos llevaran el “hecho en” para indicar su procedencia.
¿Y para qué hacían eso? Pues para dos cosas: para incentivar el patriotismo inglés y que la gente comprara productos locales, y para desacreditar los productos alemanes por su baja calidad.
Pero los alemanes no se dieron por vencidos y cambiaron de estrategia: empezaron a fabricar y vender productos de alta calidad, aunque tuvieran que aumentar un poco los precios. Así crearon una marca país, producto alemán = producto de calidad.
Y ahora este fenómeno se está repitiendo, pero con otros protagonistas: China y Estados Unidos.
En un simple movimiento, China ha demostrado que los enormes esfuerzos de años que Estados Unidos ha puesto para destruir tanto a Huawei como a la industria china de semiconductores han sido derrotados.
En el típico estilo chino — las palabras son baratas en China, te pruebas con hechos — no han hecho ningún anuncio al respecto. Huawei ni siquiera ha comunicado el lanzamiento del producto, el teléfono simplemente ha aparecido en su tienda. Y eso ha sido casualmente el mismo día de la visita de la secretaria de Comercio de Estados Unidos, Gina Raimondo, quien había prometido “ralentizar la tasa de innovación de China”. ¡Habla de simbolismo!
La gente ha tenido que mirar dentro del teléfono para descubrir que está equipado con el procesador Kirin 9000s de Huawei, que aparentemente está hecho por la firma china de semiconductores SMIC utilizando un proceso de fabricación de clase 7nm de segunda generación. Hace menos de un año, cuando Estados Unidos introdujo su amplio conjunto de sanciones contra la industria china de semiconductores, los “expertos” juraron que mataría a la industria o al menos congelaría su progreso tecnológico en los chips de 28 nm que China tenía en ese momento. Avanzamos hasta ahora: China puede evidentemente producir en masa chips de 7nm de segunda generación totalmente indígenas. El iPhone 14 Pro tiene chips de 4nm, por lo que China está ahora casi a la par, quizás solo 1 o 2 años atrás pero alcanzando a una velocidad increíble.
¿Qué pasa con el nuevo teléfono de Huawei? Puedes apostar absolutamente que Huawei terminará comiéndose una parte significativa del mercado de Apple — como era el caso antes de las sanciones. Especialmente en China, donde los chinos patrióticos sin duda se apresurarán a comprar el teléfono, ahora un símbolo del poder tecnológico de China.
Así que es perder, perder, perder para Estados Unidos. Mucho más pérdida que si no hubieran hecho ninguna de sus acciones agresivas contra Huawei o el sector de chips de China.
Lo que vuelve a demostrar lo absolutamente inútil que es esta nueva “guerra fría”. Si Estados Unidos hubiera decidido permanecer en modo de compromiso en lugar de modo de “competencia extrema” (como lo llaman), les habría ido mucho mejor.